
Foto di Katia Chausheva
Oggi ho solo ferite,
vuota la mia bocca di presenti.
Nessun fiore né un bacio. Tra i miei artigli
neppure un’uva.
La morte mi ha ceduto dal suo regno.
Ti giuro che volai
così veloce che la mia ombra trascinava la sua
in un fiume di braci dove c’erano rocce
come candele d’oro disordinate.
Ma persi nella lotta.
Fui debole un secondo, e contro il tuo mandato,
la guardai negli occhi ed era triste,
mi accecò la sua pioggia che cadeva
come petali bianchi di un mandorlo.
Fu più forte di me,
seppe liberarsi con il mio dubbio.
E adesso torno macchiata del suo sangue,
con un po’ di zucchero sulle ali:
il suo fragile cuore tremante
che a te depongo, affinché tu decida
se la pietà merito o il tuo castigo.
Juana Castro
(Traduzione di Alessandro Ghignoli)
da “Juana Castro, Calice e altre poesie”, Via del vento Edizioni, 2001
***
Como se acostumbra a los niegos a la caza
Hoy traigo sólo heridas
y vacía mi boca de presentes.
Ninguna flor, ni un beso. Entre mis garras
ni siquiera una uva
la muerte me ha cedido de su reino.
Te juro que volé
tan veloz que mi sombra arrastraba a la suya
en un río de brasas donde eran las rocas
como velas de oro atropelladas.
Pero he sucumbido en la pelea.
Fui débil un segundo, y contra tu mandato,
la miré a los ojos y era triste,
y me cegó su lluvia que caía
como pétalos blancos de un almendro.
Fue más fuerte que yo,
pues supo liberarse con mi duda.
Y ahora vuelvo teñida de su sangre
con un terrón de azúcar en las alas:
Su frágil corazón estremecido
que ante tí deposito, para que tú decidas
si la piedad merezco o tu castigo.
Juana Castro
da “Arte de cetrería”, Diputación Provincial de Huelva, 1989
